El Zumbido Verde
¡Ay las creencias! ¡ay!
“Hay algo particularmente nauseante en esta prodigiosa inutilidad, sobre un mundo proliferante pero hipertrofiado que no puede dar nacimiento a nada. Tantos reportes, archivos, documentos, y ni una sola idea generada; tantos planes, programas, decisiones, y ni un solo evento precipitado”
Baudrillard
¿Cómo comenzar a decir lo que quiero decir? Comenzar un artículo, esa frase inicial que enganche y que haga que te dé ganitas de leer lo que un desconocido escribe, es casi lo más difícil de un artículo. En este artículo me está pasando eso, no encuentro la manera de comenzarlo. Así es que lo voy a comenzar, así sin más, sin una frase que les enganche, espero que me sepan perdonar.
Escribo sin haberme dedicado a estas cosas, desde mi pequeño entendimiento y mi limitada comprensión, desde la humildad de las equivocaciones que seguramente cometeré en este análisis, y desde la arrogancia de darme a mí mismo el derecho de opinar. Sólo quiero hablar de las creencias que están detrás de nuestros argumentos, esas mismas creencias que sostienen lo que alegamos y usamos en las discusiones y debates de lo que está pasando en el mundo y en nuestro terruño, Ecuador. Entender esas creencias nos permite entender lo que implica un argumento u otro, incluso los técnicos y apolíticos. ¿Qué creencia profesamos cuando repetimos un argumento? No haré juicios de valor sobre las creencias, pero las explicaré descarnadas, sin decoración, ni maquillaje.
Aunque suene a una pérdida de tiempo, absurdo, e innecesario, los argumentos que encontramos en los chats, en las redes sociales e incluso en las conversaciones en carne y hueso, nos obligan a ir a la edad media, y a la Segunda Guerra Mundial. ¡Qué estupidez! ¿qué tiene que ver la edad media con lo que pasa ahora en Ecuador? Pues que ahí está una primera creencia: que hay quienes por derecho divino son aristocracia, son moralmente superiores, son intocables, son nobles, son mejores que el resto, que hay quienes han sido escogid@s para ser élite, para ser una clase gobernante, y tienen la responsabilidad de gobernar y decidir por quienes no pueden hacerlo, y estas personas, a cambio, les deben servicio y obediencia. Que tienen privilegios los tienen porque se los merecen. Y, así mismo, que quienes sufren en la vida, son pobres, la pasan mal, también se lo merecen, se lo han ganado, porque no saben trabajar, porque son ignorantes, porque no estudian, porque no se esfuerzan, porque no han sido escogid@s. ¿Crees tú que hay unas pocas personas elegidas por ser moralmente superiores y que el resto tiene lo que se merece? ¿te sientes tú como una de esas personas moralmente superiores?.
Ahora es momento de dar el salto al fin de la Segunda Guerra Mundial. Las atrocidades que se cometieron en esa guerra, llevaron al mundo a crear la Organización de Naciones Unidas, pero además a proponer unos derechos mínimos que tenemos todas las personas, todos los seres humanos que vivimos en esta pelota de roca, lava y gas. Ahora 190 países han suscrito la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 193 miembros de la Organización de Naciones Unidas. Por primera vez en la historia de la humanidad, los seres humanos nos pusimos de acuerdo en un unos derechos que todas y todos poseemos, indistintamente de nuestro origen, de nuestra nacionalidad, identidad étnica, identidad sexo-genérica, sexo, religión, o ideología política. Además de eso, en todo el mundo ha habido luchas históricas, de grupos humanos que han sido excluidos, marginados, maltratados, perseguidos, explotados e, incluso, esclavizados. Es así que, a manera de ampliaciones y particularizaciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos, esas luchas históricas son reconocidas en forma de derechos, por ejemplo, los derechos de las mujeres, los derechos de los pueblos originarios (o indígenas), los derechos de las personas LGTBIQ+, los derechos de los pueblos afrodescendientes, los derechos de los pueblos campesinos o los derechos de l@s trabajadorxs. En algunos lugares también surgen los derechos de la naturaleza.
En los argumentos y discusiones, se encuentran quienes creemos que todas y todos tenemos los mismos derechos, siempre, y quienes creen que hay personas y grupos que no tienen todos los derechos, o que no tienen ninguno de esos derechos, que nunca los tuvieron, o que los perdieron. ¿Qué crees tú? ¿para ti hay quienes tienen derechos y quienes no? ¿para ti hay quienes tienen todos los derechos, hay quienes no tienen todos los derechos, y hay quienes no tienen ningún derecho? ¿para ti hay quienes pueden perder todos sus todos derechos o algunos de sus derechos? ¿tú tienes todos tus derechos, algunos de tus derechos o no tienes derechos? ¿hay razones que justifiquen que pierdas tus derechos?.
Si es que crees que los derechos individuales y colectivos no existen o que son tonterías woke, entonces creo que este artículo ha terminado para ti. Si es que no es así, entonces sigamos. Si es que hay unos derechos, también significa que esos derechos deben ser garantizados de alguna manera por la sociedad. Entonces la pregunta que viene ahí es ¿cómo hace la sociedad para garantizar los derechos, pues cada ser humano debe tenerlos garantizados? Aquí hay una diversidad enorme de creencias, no podré hablar de todas, pero intentaré que por lo menos se vean a lo lejos.
Hay un grupo de creencias que creen que el estado no debe existir. Esto es el anarquismo. Esto significa que todo lo que hace el estado en sus niveles central, regional, provincial, municipal y parroquial o distrital, debe ser hecho ahora por alguien. El anarquismo surge como una filosofía y una visión de la vida como respuesta a los estados decadentes y excesivos del siglo 19, estados que garantizaban los privilegios y el poder de las élites económicas y aristocráticas.
La diversidad de anarquismos es enorme, es realmente impresionante. Si intento hablar de todas ellas lo único que haría es mostrar mi estupidez y arrogancia, al intentar explicar cosas que no conozco, y por lo tanto no entiendo. Sin embargo, si puedo contarles que desde las creencias anarquistas más comunitaristas, es la sociedad en conjunto, sin propiedad privada, la que administra los bienes comunes y la que garantiza los derechos. Es también la sociedad la que se organiza para que todo lo común exista y funcione, y hacer todo lo que hace el estado ahora, de distintas maneras: desde lo comunitario, lo cooperativo, lo público no estatal, lo asociativo, y desde lo privado. ¿Tu visión del mundo va por ahí? ¿tus argumentos encajan en las creencias anarquistas? ¿cómo las distingues de las anarco-capitalistas?.
Las élites globales, sobre todo las europeas, que se sentían perjudicadas por el estado de bienestar, comenzaron a proponer visiones un poco antes de la primera guerra mundial, y luego continuaron y las consolidaron luego de la segunda guerra mundial. De ahí surge lo que hoy se conoce como economía austriaca, libertarianismo y neoliberalismo. La visión más extrema del libertarianismo es el anarcocapitalismo. El libertarianismo es totalmente diferente y no tiene nada que ver con el liberalismo, aunque su nombre sea casi igual, tiene cuatro letras más que cambian muchas cosas. Desde las creencias anarco-capitalistas la institución social que asigna y distribuye todo es el mercado, por lo que, todo debe tener dueñ@, es decir, debe estar bajo la propiedad privada. Todo (bienes y servicios) debe ser una mercancía que se puede comprar o vender en el mercado. Los derechos también. De esta manera, para el anarco capitalismo los derechos son asignados por el mercado, y tienen acceso a ellos solamente quienes pueden comprarlos. Quien debe hacer todo lo que hace ahora el estado es la empresa privada. ¿Tus argumentos son anarco-capitalistas? ¿crees que todo debe tener dueño y que la empresa privada debe hacer todo? ¿crees que tienen derechos sólo quienes pueden comprarlos? ¿tus argumentos no encajan ahí? ¿seguimos?.
Hay otro grupo de creencias, que es el más común y diverso, que creen que la institución social que debe garantizar los derechos es el estado. Sin embargo, tampoco son creencias tan iguales entre sí, porque la diversidad de visiones del estado es realmente enorme. Hay muchas visiones de estado: desde un estado mínimo, casi inexistente (neoliberalismo), pasando por un estado desconcentrado y descentralizado, hasta un estado centralizado. Más allá del estado mínimo, el descentralizado y el centralizado, también cualquiera de ellos puede ser un estado que interviene activamente, o un estado que sólo observa. Democráticamente, puede variar de un estado vertical y autoritario a un estado democrático y profundamente participativo. Mientras más pienso en las diferentes configuraciones que podría tener un estado, más variaciones y combinaciones se me vienen a la cabeza. Por eso, voy a dejar de complicar, porque la idea de este artículo era simplificar y organizar. De esta manera, al hablar del estado, podemos pasar de un estado que regula y monitorea cómo la empresa privada garantiza los derechos, vía concesiones o vía privatizaciones, a un estado que garantiza los derechos directamente él. Ese es uno de los ejes centrales cuando se discute las posiciones de la derecha, pasando por la centro izquierda o socialdemocracia, a la izquierda.
Para poder discutir este grupo de creencias tenemos que tener claras algunas cosas. Aunque ya fue dicho, no está de más volverlo a hacer: debemos tener claro que para que el sector privado garantice los derechos, éstos deben ser mercancías (deben poder comprarse y venderse) y deben distribuirse por el mercado. Mientras que para que el sector público lo haga, éstos no tienen que ser mercancías, aunque en muchos casos paguemos el costo del servicio. Es importante señalar algo más, la evidencia del mundo real lo muestra (no la de grandes economistas y filósof@s de redes sociales, sino la de la pura y cruda realidad), y es que garantizar derechos para el sector privado es más caro que para el sector público. Esto es sencillo de comprender: el sector privado tiene que cubrir sus costos y además tiene que ganar algo para que sea rentable, mientras que el sector público solamente tiene que cubrir costos.
Una vez dicho esto, hay quienes creen que el estado debe existir, pero debe ser minúsculo. Que sólo debe regular y asumir funciones esenciales. En ese sentido, creen también que la mayoría de los derechos, o todos los derechos, deben ser garantizados por la empresa privada. Para que la empresa privada garantice los derechos, no solamente tiene que ofertarlos, sino que, en teoría, debería asumir todos los costos, hacer las inversiones y mantener en operación todo el sistema que garantice esos derechos. ¿Los argumentos que usas y repites van por esta línea? Sin embargo, aquí, a diferencia de en el anarco-capitalismo, hay unos costos que tendría el estado como ente de regulación, monitoreo y control. Entonces surgen dos preguntas clave: ¿cómo se financian esos costos del estado? ¿quién debe financiarlos? Si estás entre quienes creen que los derechos deberían ser mercancías, y que pueden tenerlos sólo quienes puedan comprarlos, pero que debe haber regulación del estado, te has preguntado ¿cómo financiar esto?.
Por otro lado, hay quienes creen que los derechos deben ser garantizados por el estado, por lo público. Para que los derechos sean garantizados por el sector público, se requiere de instituciones públicas que se dediquen a eso, por ejemplo, en el caso de la educación de universidades, institutos, escuelas y colegios, o en la salud, hospitales y centros de salud. ¿Van tus argumentos por esta línea? Construir y mantener en funcionamiento esas instituciones tiene costos, como en el caso de un colegio los salarios de l@s docentes, del personal administrativo, del personal de limpieza, todo lo que se necesita para un laboratorio o para la limpieza, es decir, un montón de costos que tienen que ser financiados de alguna manera. En el caso de nuestro país, el Ecuador, la educación, la salud, la seguridad y la justicia deben ser universales y gratuitas. Igual que antes, si estos son los argumentos en los que crees, te has preguntado ¿cómo financiar esto?.
Hemos hablado hasta ahora de la diversidad de creencias relacionadas con la garantía de los derechos, para quienes creen que todas las personas del planeta tierra tenemos derechos. Ahora, hablaremos de las creencias de cómo financiar esa garantía de derechos desde lo público. Antes de ir con las creencias, hay que tener un concepto muy claro: para que el estado pueda solamente regular, o para que el estado pueda garantizar esos derechos, no basta con tener ingresos, sino que esos ingresos deben ser permanentes en el tiempo. Porque si provienen de un préstamo, o de cosas que se acaban, como el petróleo o los minerales, entonces los derechos no se podrían garantizar de manera permanente. Aquí llegamos al tema candente: los ingresos permanentes. Hay varias posibilidades, pero obviamente, los principales son los impuestos. Y aquí se materializan las creencias de las que hemos venido hablando, aquí es donde se hacen incompatibles unas con otras.
Hay quienes creen que las élites, las familias ricas, son mejores, que se merecen los privilegios que tienen, que le hacen un favor a la sociedad al compartir su riqueza con tod@s, a través de dar trabajo y de sus obras de caridad, y que por lo tanto no deberían pagar impuestos. También creen que quienes son pobres lo son porque se lo merecen, por alguna razón, generalmente porque no trabajan bien o lo suficiente. Pero, como l@s pobres no tienen para pagar impuestos y quienes tienen esta visión del mundo, creen además que, para descubrir esta verdad sobre su realidad, l@s pobres además necesitan guía o tutela, ayuda y caridad. Entonces, la consecuencia directa de estas creencias es que quien debe pagar impuestos es la clase media y la clase media baja. Pues, estas creencias creen que la clase media está formada por quienes no tienen la valentía y el talento para emprender, que están condenad@s a vivir del trabajo que generan l@s empresari@s y la élites, y que no contribuyen a la sociedad. ¿Crees tú eso? ¿tus argumentos van en esta línea? Pues si repites que hay que bajar los impuestos a los ricos, que tenemos que apretarnos los pantalones y ser patriotas, que hay que privatizar y/o concesionar la garantía de derechos porque el estado es obeso, que debemos comprar nuestros derechos, entonces esto es en lo que crees.
Hay otra abanico de creencias que creen que las sociedades humanas son injustas, que hay privilegios, y que los privilegios de un@s poc@s, se pagan con los derechos de much@s. Si crees que la riqueza y la pobreza no tienen nada que ver con merecimientos o decisiones divinas, sino más bien con la organización de la sociedad y en la cuna en la que nazcas. Si crees que la pobreza debe ser erradicada, y que la inequidad debe ser reducida, entonces crees también que los impuestos sirven no sólo para garantizar derechos, sino también para erradicar la pobreza y reducir la inequidad. Dentro de estas creencias están los argumentos que sostienen que quienes tienen privilegios deben pagar más impuestos, y deben pagar más mientras más privilegios tengan, también que quienes no tienen privilegios, pero si tienen acceso a sus derechos deben pagar menos, y que quienes no tienen privilegios, pero tampoco acceso a alguno o a ninguno de sus derechos, no deben pagar. Esto es lo que se conoce como un sistema de impuestos progresivo. Como ves, este último es un sistema de creencias que busca que cada ser humano tenga garantizados todos sus derechos, no le quita derechos a nadie. ¿Tus argumentos están por esta línea?.
Creo que hasta aquí llegaré, ya se está haciendo largo el artículo. No he querido hacer un artículo técnico, sino más bien reflexivo. Espero haberte aportado en algo, espero que te haya ayudado un poquito a ver dónde están los argumentos que te mueven y te conmueven, y también si has repetido algún argumentos que vaya en contra de tus creencias. Evidentemente no pude cubrir todas las creencias, y la variedad y diversidad que hay dentro de cada una de ellas. También, al intentar generalizar, gané en amplitud, pero se perdí en profundidad y entendimiento. Me disculpo si este artículo te sabe a nada, y tampoco te aportó algo. Te agradezco por leerlo, Personalmente creo que otro mundo es posible, y que nuestra tierrita, nuestro país y cada ecuatorian@ se merece todo lo bueno. Creo que debemos hablar, conversar y construir colectivamente una ecotopia donde cada ser humano pueda ser feliz y realizarse.
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