Opinión
Por el bien de todos
Díganme lo que quieran, pero me resisto a pensar que unos muñecos de cartón terminen por definir unas elecciones en la que nos jugamos tantas cosas. Siento que hay un empeño en subestimar la inteligencia de los ecuatorianos, una especie de insulto a nuestro dolor.
Queremos volver a sonreír, claro, porque somos gente alegre, pero ya no soportamos que se rían de nosotros… Esa oda a lo frívolo; esa sustitución de la política por el vulgar entretenimiento en un país que se desangra es una afrenta a la rabia, a nuestra digna rabia, a nuestra sed de justicia, a nuestra esperanza… Yo no sé se nada de marketing digital, ni de “meme drops” o de trucos efectistas, yo solo sé que la gente de mi país no es idiota y que está cansada .
Yo solo sé que estos dos últimos gobiernos no han estado a la altura de mi pueblo honrado y trabajador. Y sé también que el próximo 15 de octubre sabremos responder, que votaremos con memoria, pero también con el corazón, y que aquello significa no volver a favorecer los caprichos de oligarcas que nos hablan desde el privilegio; desde esa suerte de burbuja tacaña que no les permite ver mas allá de sus bolsillos.
Si les soy franco, ¿alguna vez no lo he sido?, tampoco me fío de las encuestas, porque sé bien que nuestra gente ya está harta de preguntas sobre candidatos, como si los problemas del país los pudiera resolver un solo individuo, como si el problema fuera solo de personas y no de este sistema maldito que nos oprime, que nos vomita, que nos paraliza del miedo y que nos sume en la miseria… La fatiga se ha tornado insoportable, necesitamos un alivio, un respiro, una oportunidad para ser felices.
¡Queremos volver a creer! Y ahora va mi intuición, una modesta intuición…
Yo siento que el próximo domingo ganará el único proyecto de país que nos ofrece certezas y cuyo equipo, este sí de carne y hueso, conocemos de sobra, porque fue ese mismo liderazgo colectivo el que hizo realidad el sueño ecuatoriano. Ese proyecto renovado, pero con la misma vocación transformadora, regresará muy pronto para inspirar nuevos horizontes. Lo intentaron todo para destruirlo, pero no pudieron, porque es un proyecto nacional popular parido desde las entrañas del pueblo.
Ya falta poco mi Ecuador querido, con la humildad de siempre y en unidad fraterna, reconstruiremos la Patria de los muchos, esa Patria justa que no deje a nadie atrás.
¡Por el bien de todos!
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